El hada de las flores Vuela y descubre un mundo maravilloso y colorido

Con El hada de las flores de Christiane Hüpper los bebés de la casa descubrirán la magia, las formas y los distintos colores. Haba presenta a los más pequeños al hada Rosalina, una auténtica experta en jardinería que sólo necesita su varita mágica para que las más bellas flores se abran a su paso. ¡Nada como volar al aire libre!


Los componentes de El hada de las flores son los siguientes:
– Un tablero de juego en el que puede verse una pradera por un lado y un estanque por el otro.
– Una figurita de Rosalina.
– Tres flores.
– Nueve tallos con formas y colores diferentes.
– Un dado en cuyas caras pueden verse tanto símbolos como colores.
– Libro de instrucciones.

Para empezar, las partidas pueden tener la increíble duración de cinco minutos y el número máximo de jugadores es de tres personas. ¡Sin olvidar la versión en solitario!
Teniendo en cuenta que la edad mínima de los jugadores es de dos años no es de extrañar que El hada de las flores esté a medio camino entre el juego y el juguete. En las mismas instrucciones se recomienda que los niños se familiaricen con los componentes a su aire, utilizando el hada y las piezas como les dicte su imaginación.
El hada de las flores es un juego pensado para que los niños aprendan a reconocer colores y formas. Por eso, el objetivo varía según la modalidad que se escoja. Sin embargo, en líneas generales hay que conseguir apilar las piezas en su casilla correspondiente antes de que Rosalina llegue volando al final del tablero.
Los preparativos de El hada de las flores consisten únicamente en poner el tablero en el centro de la mesa, colocar a Rosalina en la casilla de salida donde está su camita y dejar las demás piezas de madera alrededor de la superficie de juego junto con el dado. ¡Todo listo para el despertar de la primavera!
Como cabría esperar, los turnos en El hada de las flores siguen el sentido de las agujas del reloj. ¡Respetar esta sencilla regla ya exige a los peques mantener la concentración! El jugador inicial tira el dado y mira a ver qué ha salido…

Si en el dado se ve el color verde, por ejemplo, el niño ha de tomar una pieza verde y ponerla en la casilla destinada a apilar los tallos de ese color. ¡Si ya no queda ninguno sobre la mesa simplemente se pasa el turno al siguiente jugador! Qué rabia le da a los chiquitines eso de no poder hacer nada…

Cuando aparece una estrella se puede coger una pieza cualquiera y dejarla en la casilla de su color. ¡Siempre hay posibilidad de elegir así que es mucho más fácil para jugadores primerizos!
Por último, si el dado muestra la carita de El hada de las flores el jugador activo ha de coger la figura de Rosalina y moverla una casilla hacia delante. ¡Si el hada consigue llegar a la isla de las flores demasiado pronto todo estará perdido!
La partida puede terminar de dos maneras. La primera de ellas es que todos los tallos estén colocados en su sitio antes de que Rosalina alcance volando la isla de las flores. ¡Entonces los jugadores han ganado! Ya son unos expertos reconociendo colores.
La segunda, obviamente, es que los jugadores no hayan sido lo bastante rápidos y El hada de las flores llegue a su destino cuando aún haya algunos tallos sobre la mesa. ¡Los niños han perdido esta vez pero siempre pueden volver a probar suerte!
Lo bueno del hada de las flores es que es un juego versátil. Los niños más mayorcitos pueden empezar a practicar eso de distinguir las formas. Para ello, hay que poner el tablero por la cara que muestra el estanque.
Las reglas básicas de El hada de las flores siguen aplicándose pero en esta ocasión cuando salga un color al tirar el dado los niños han de dejar la pieza correspondiente en la casilla para los tallos con esa forma en concreto. Con la estrella ocurre lo mismo con la diferencia de que cualquier color es válido.
Cuando se vea la cara de Rosalina en el dado hay que hacer avanzar a El hada de las flores una casilla. Esta vez la diminuta y mágica criatura se dirige al jardín de las flores pero los jugadores también serán derrotados si llega antes de que se agoten las piezas que hay sobre la mesa. ¡Que nadie se duerma en los laureles!
El hada de las flores es un juego estupendo y no sólo como herramienta pedagógica para que los niños aprendan formas y colores. Relacionarse con otros bebés de su edad y aprender a guardar un orden y esperar para jugar son otras ventajas que no hay que pasar por alto.
Pero por encima de todo, El hada de las flores es un juego simpático y gracioso que llama la atención de los niños por su colorido y su sencillez. ¡Déjate atrapar por la magia de la primavera y no te arrepentirás

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